Cómo catar un buen café

Conocer las diferentes características que hacen que un café sea bajo, de altura o gourmet es un trabajo que se hace tras bambalinas por los catadores, verdaderos expertos del café. Desde Gourmedia, tu agencia de marketing gastronómico, queremos enseñarte cómo se cata un café.

El café es una de las bebidas más consumidas del mundo y tiene grandes propiedades y beneficios. Para diferenciarte de la competencia, si tienes una marca de café, es recomendable que no te olvides de potenciar el marketing gastronómico. En Gourmedia te ayudamos a ello.

Aspectos y características que busca un catador en el café:

  • Aroma. Floral, dulce, achocolatado, anuezado, etc.
  • Acidez. Suave, balanceada, picante, brillante.
  • Cuerpo. Redondo, lleno, cremoso, ligero.
  • Dulzura. Acaramelado, floral, achocolatado, frutal, almendrado, vinoso.
  • Sabor residual. Corto, largo o persistente. Cada uno puede tener diferentes intensidades: brillante, delicado o agudo.

El método de cata de café más extendido es el conocido como «cata a la brasileña», en el que los catadores valoran una ligera infusión que permite percibir gran cantidad de las características del producto, en lugar de valorar un café terminado y listo para servir.

Los cafés a catar deben ser presentados por partes y en todas sus formas. En una bandejita el grano verde, en otra el grano tostado y por último la infusión, de la que hay que disponer al menos de dos tazas de cada variedad por persona.

En principio, los catadores deben examinar y oler los gramos de café. Los granos lisos suelen ser de menor calidad, mientras que los granos arrugados son de mayor calidad y generalmente adquieren la categoría de café gourmet.

Después de este paso, se muelen los granos de café en un molino. Esto permite descubrir la frescura del café y prever algunas de las cualidades o defectos que se identificarán en la infusión. Se realiza el proceso de preparación de la taza de café. Ésta se debe hacer con agua purificada ya que el agua potable contiene minerales que pueden interferir en el sabor final de la bebida. Se deben echar 8 granos de café y se le añaden 150 cl de agua a punto de hervir. Se deja reposar el café y con una cuchara se retira la espuma. Esta espuma es materia oleaginosa de café que no se llega a disolver del todo en el agua y debe retirarse porque la sustancia que se crea puede interferir con la prueba. A los pocos minutos se mueve con la cucharilla y empieza la fase principal de la cata.

Para realizar de manera correcta la cata del café, primero, se debe tomar con una cuchara las muestras de café y con un potente sorbo se ingiere la bebida para pasarla por el paladar de la boca. Este proceso no sólo se hace una vez, sino repetidas veces y, así, se pueden detectar características y aspectos básicos como su acidez, dulzura, cuerpo, resabio, sabores cítricos, caramelizados y achocolatados. Después de la cata, la muestra saboreada en el paladar se expulsa a un recipiente, preferiblemente metálico. En cuanto a la fragancia, para valorar el aroma, se moja la cucharilla y se coloca de manera horizontal sobre la taza, con la parte convexa hacia arriba. Al acercar la nariz, se podrán captar de manera intensa los vapores de la infusión. Por último, el café es aprobado o desaprobado por el catador, según las características que el cliente pidió desde el principio.

Si te gusta el café o tienes una empresa y quieres realizar una cata, en Gourmedia, tu agencia de marketing gastronómico, somos especialistas en organización de eventos para la promoción y evolución de tu marca dentro del mercado.