La evolución del packaging de vinos

El packaging es un elemento fundamental para el marketing gastronómico. En su definición más estricta es la ciencia, arte o tecnología en la inclusión de productos para la su distribución, almacenaje, venta y empleo. El objetivo primario del packaging es atraer la atención de los clientes y ser la principal ventana de comunicación hacia el consumidor.

En Gourmedia.es, nuestra agencia de marketing gastronómico, consideramos un factor fundamental la presentación de un producto, es importante hasta el punto que puede hacer que dicho producto sea un éxito o que no vaya tan bien. Además, un buen packaging es, probablemente, el elemento que más perdurable hace la imagen de marca de un determinado producto.

Nos centraremos en el packaging de vinos, que ha evolucionado a lo largo del tiempo, produciendo cambios en las botellas y también en el diseño de las etiquetas y nombres.

Hasta hace poco tiempo, el mundo del vino se mantenía a cierta distancia del diseño. Sin embargo, desde hace unos años, el packaging se ha convertido en la carta de presentación de un buen vino. Se ha producido una evolución en las etiquetas, que adquieren nombres más llamativos y originales, que no se limitan a una palabra, sino que juegan con frases que enganchan y transmiten curiosidad. También se han producido cambios en el el formato de la botella, utilizando distintas formas y fórmulas para su diseño. Se escogen materiales diferentes al clásico vidrio, como el aluminio.

En el proceso de selección de una botella de vino, la etiqueta es un elemento clave, esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de llevar a cabo la estrategia de marketing gastronómico. La etiqueta, además de atraer la mirada del consumidor, le transmite con propiedad sus características. Pero, además, en los últimos tiempos se han sumado otros elementos que marcan diferencia, como por ejemplo el envase, el cierre, la presentación, etc. Todo ello para romper con los paradigmas tradicionales y acercarse y sorprender al consumidor.

En esta evolución, el vino también regresa a sus raíces para tomar texturas, formas, materiales y sentido ecológico y todo esto plasmarlo y transmitirlo a través del diseño.

Un ejemplo de esta evolución es es el vino «El secreto de Candela». Podemos encontrarlo en el restaurante Abantal del chef Julio Fernández, que cuenta con una Estrella Michelín. Es un vino que se diferencia tanto en la etiqueta como en el envase. El binomio entre el sabor autóctono de la uva albariña y su diseño actual sencillo y fresco acerca el vino al consumidor y lo invita a descorchar su secreto.

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José Luis Núñez, Xan Manoel Estévez y José Antonio Rey son los principales responsables de la consecución de este vino al que definen como «albariño tradicional, redondo, envolvente refrescante y sabroso».

Otros ejemplos de esta evolución en el packaging de vinos:

Neil Ashmead GTS (Australia). Diseño por Fuller

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Lazarus Wine (España). Diseño por Baud.

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Loco de atar (España). Diseño por Lowe & Partners.

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Vernissage (Suecia). Diseño por Sofia Blomberg.

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Como vemos, la importancia de un buen packaging, más allá de contener o proteger el producto, puede dar perpetuidad a la imagen de nuestra marca y transmitir un mensaje en ese momento importante en el que el comprador debe decidirse por nuestro producto. No lo olvidéis a la hora de reunir los elementos e ingredientes para realizar una buena estrategia de marketing gastronómico.

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